La reforestación va mucho más allá de plantar árboles y es un proceso en el que es imprescindible la planificación, ejecución, mantenimiento y cuidado del proyecto.
Desde la decisión de en qué terreno se lleva a cabo la siembra, pasando por la elección de semillas hasta la explotación sostenible del bosque, todo el proceso forma parte del proyecto de reforestación.
El objetivo es siempre crear un espacio natural vivo e integrado en el entorno.
La reforestación es el elemento clave de nuestros proyectos de compensación de emisiones.
Los bosques que plantamos y cuidamos neutralizan el carbono de la atmósfera y lo convierten en oxígeno. De este modo, y en función de características como su tamaño, tipo de vegetación o edad, entre otros, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico certifica que un bosque es capaz de neutralizar una determinada cantidad de CO2.
Esta certificación se lleva a la práctica a través de los derechos de emisión, que sirven a las empresas para compensar su huella de carbono.
